Respetando al máximo su mitología, la selección de México se presentó al Mundial de Francia 98 con su tradicional camiseta verde, pero, en este caso, la añadió una cara Azteca al conjunto. Normalmente, las camisetas de portero son las que suelen llevarse la palma en ser los uniformes más antiestéticos del fútbol, pero, en ocasiones, los diseñadores y las marcas se pasan de creativos y producen equipaciones que horrorizan a los aficionados.