El 22 de septiembre de 1989, Víctor Manzanilla Schaffer, entonces gobernador del estado, envió al congreso yucateco una iniciativa para la adopción de un escudo de armas para el estado de Yucatán. Este hecho fue atribuido a razones de índole política y concretamente a las tensiones que habían surgido entre el gobernador Víctor Cervera Pacheco con el gobierno federal por motivos políticos. Fueron unos momentos muy difíciles, puesto que para finales de junio el club tenía que disponer de más de cien millones de pesetas para hacer frente a las nóminas de los jugadores.